La Academia Gallega del Audiovisual otorgó el distintivo de Lugar de Interés Cinematográfico (LIC) a Allariz.

El rodaje del filme “La Lengua de las Mariposas” en 1999, una obra emblemática en la filmografía de José Luis Cuerda tuvo un gran impacto en la villa. La película, filmada en parte en las calles y paisajes de Allariz, no solo supuso un impulso a la proyección cultural de la villa, sino que también dejó una honda huella emocional entre sus habitantes. Aún hoy este hecho genera interés entre las personas que visitan la villa, lo que demuestra que el cine ayuda a consolidar a Allariz como destino atractivo para los turistas.

Al acto institucional asistieron Cristina Cid, alcaldesa de Allariz, y Alba Gallego, miembro de la junta directiva de la Academia y natural de esta localidad. Foto AGA/AIGI BOGA

Las academias de cine y audiovisual reconocen con esta distinción los lugares que tienen una especial importancia para la industria audiovisual, tanto por su valor histórico cómo por su relevancia en la producción cinematográfica o su significado simbólico. Allariz es la representante gallega de un listado que incluye el Casco histórico de Córdoba, el castillo de Loarre, el Gijón de Volver a empezar, los Estudios Balcázar, Cáceres como Conjunto Histórico y Monumental, el café Vá-Vá lisboeta y la localidad de Peñíscola.

La distinción Lugares de Interés Cinematográfico quiere poner en valor la riqueza cultural y audiovisual de estos lugares, así como promover la conservación y puesta en valor de estos espacios que jugaron un papel fundamental en la construcción de la identidad audiovisual de la península.

¿Por qué Allariz?

La Academia Gallega del Audiovisual distingue a Allariz como Lugar de Interés Cinematográfico en este 2024, un premio que reconoce su íntima conexión con el mundo audiovisual. La villa bañada por el río Arnoia se transformó en 1998 en el escenario vivo en el que transcurre La Lengua de las Mariposas. No fueron solo sus paisajes las que se prestaron al cine; la película transformó las vidas de las vecinas y vecinos de la villa que se acercaban, cada jornada, a ver cómo se desarrollaba el rodaje del film de José Luis Cuerda, cuya estreno tuvo lugar hace 25 años.

Pero la relación de Allariz con el cine venía de mucho antes. Ya en 1926, la villa fue el escenario que acogió el rodaje de la película muda La Virgen de Cristal. Años después, la magia del celuloide volvería, con las filmaciones de las películas Cuñados y La manzana de oro la serie Lobos y corderos o el documental Quen somos nos.

Esta distinción quiere reconocer, no solo el pasado de Allariz, sino también su potencial como escenario de rodaje. Su belleza antigua, con calles de piedra, puentes románicas y casas que parecen detenidas en el tiempo, y la geografía que la rodea —aldeas olvidadas, ríos silenciosos y montañas que vigilan a vista de pájaro— hacen de ella un decorado natural ideal para rodar cualquier tipo de historia.

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