En el mayor estudio internacional realizado hasta la fecha sobre la genética del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), un equipo internacional ha identificado múltiples variantes del ADN que podrían ayudar a predecir quién tiene un mayor riesgo de desarrollar este trastorno psiquiátrico y orientar mejores formas de tratarlo. El trabajo que se publica este martes 13 en la revista Nature Genetics, está cofinanciado con fondos europeos y cuenta con la participación de especialistas del Grupo de Medicina Genómica de la USC, del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas de la USC (CiMUS) y de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica. Este nuevo estudio colaborativo a nivel mundial, liderado por la Universidad de Dalhousie (Canadá), ha supuesto un avance significativo en la comprensión de las bases genéticas del TOC, que afecta aproximadamente a una de cada 100 personas y se caracteriza por pensamientos repetitivos no deseados y conductas compulsivas.
Si bien estudios anteriores han demostrado que el TOC puede ser hereditario, esta es la primera vez que se logra un progreso sustancial en la identificación de loci de riesgo genético, es decir, ubicaciones específicas en un cromosoma donde las variantes del ADN están asociadas con una mayor susceptibilidad a una enfermedad o característica específica. Se encontraron 30 loci independientes, con 25 genesdentro de esos loci que probablemente contribuyen al riesgo de desarrollar TOC.
“Nuestros hallazgos respaldan la idea de que el TOC surge de una interacción compleja entre factores genéticos y ambientales”, explica Manuel Mattheisen, investigador principal del estudio y titular de la Cátedra de Investigación de la Universidad de Dalhousie. “Encontramos que muchas regiones del genoma contribuyen al riesgo de TOC, y que estas regiones afectan a múltiples circuitos cerebrales, no sólo a una zona específica”, añade.
El estudio fue realizado por más de 200 especialistas de todo el mundo y es el resultado de más de 20 años de recopilación de muestras y un importante trabajo de centros de genotipado y estadístico en el que la investigadora del CiMUS, Cristina Rodríguez Fontenla, tuvo un papel importante, al ser una de las principales analistas y autoras del estudio, colaborando estrechamente con personal científico de instituciones de todo el mundo. “Este tipo de esfuerzo colaborativo a gran escala es esencial para comprender mejor la compleja arquitectura genética de los trastornos psiquiátricos como el TOC”, señala Rodríguez Fontenla. “El estudio identificó 30 regiones específicas del ADN asociadas a un mayor riesgo de TOC. Analizando estas regiones hemos sido capaces de identificar 249 genes, de los cuáles 25 genes candidatos mostraban una fuerte asociación. Este es un avance muy significativo que sienta las bases para seguir profundizando en los mecanismos biológicos del TOC”, añade Rodríguez Fontenla. Además, el estudio encontró que el TOC está genéticamente relacionado con otros trastornos psiquiátricos, incluyendo el síndrome de Tourette, anorexia nerviosa, ansiedad y depresión.
Circuitos genéticos en el origen del trastorno
Con 53.660 casos de TOC y más de 2 millones de controles, se trata del mayor estudio de asociación del genoma completo (GWAS) de este trastorno jamás realizado. El estudio está codirigido por la autora principal, la doctora Carol Mathews, presidenta del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Florida (UF). “Cuando comenzamos al inicio de mi carrera, estábamos buscando genes que causaran el TOC. En aquel entonces pensábamos que sería uno o dos,” explica Mathews, directora del Centro para TOC, Ansiedad y Trastornos Relacionados de la UF, y una de las seis autoras principales que supervisaron conjuntamente la investigación. “Con el tiempo, hemos llegado a darnos cuenta de que el TOC no es una enfermedad de un solo gen o una región específica del cerebro, sino una enfermedad de circuitos y cientos de genes que, en conjunto, contribuyen al desarrollo del trastorno”, señala.
En el nuevo estudio, el personal investigador evaluó las relaciones entre la expresión genética, la función génica y el TOC, que desde hace tiempo se piensa que es causado por una combinación de factores genéticos y ambientales y en los que “los 25 genes encontrados en el estudio juegan un papel muy importante y varios de ellos son candidatos para terapias farmacológicas”, comenta Ángel Carracedo, catedrático de la USC y coordinador de la contribución de Santiago de Compostela al estudio. “La expresión de estos genes está asociada con regiones específicas del cerebro y tipos particulares de neuronas, en particular, regiones involucradas en la toma de decisiones, la memoria y funciones cognitivas de alto nivel”, añade. Estos hallazgos son importantes, indica, porque “al no haber una cura para el TOC, comprender los patrones de expresión génica en regiones cerebrales específicas podría ayudar a los científicos a desarrollar eventualmente nuevos medicamentos o mejorar terapias actuales como la estimulación magnética transcraneal, un procedimiento no invasivo que utiliza campos magnéticos para estimular las células nerviosas del cerebro”.
Cifras
Se estima que el 1% de la población padece TOC, un trastorno que provoca pensamientos no deseados e intrusivos (obsesiones) y la necesidad de repetir ciertos comportamientos (compulsiones), síntomas que pueden ser incapacitantes. En España unas 400.000 personas padecen este trastorno. Los tratamientos actuales incluyen la prevención de exposición y respuesta (una forma de terapia cognitivo-conductual), medicamentos o una combinación de ambos.





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